El blackjack es uno de los juegos de cartas por excelencia a nivel mundial. Este clásico de los casinos es el favorito de todos aquellos jugadores que buscan esa combinación única de elementos de habilidad y azar.
MIGUEL DE CERVANTES Y LA PRIMERA MENCIÓN ESCRITA DEL BLACKJACK.
Miguel de Cervantes es considerado como la máxima figura de la literatura española. El escritor nacido en Alcalá de Henares es universalmente conocido por su obra Don Quijote de la Mancha (1605). Unos años antes de escribir su obra maestra, Cervantes escribió Rinconete y Cortadillo, una de las doce narraciones breves incluidas en las Novelas Ejemplares (1613). En esta obra picaresca se cuenta la historia de dos jóvenes llamados Pedro del Rincón y Diego Cotado que vivían en la Sevilla del siglo XVII. Estos dos personajes se divierten con un juego llamado veintiuna, que consistía en sumar veintiún puntos o cerca de esa cifra sin pasarse. Además, el as de picas tenía un valor de 1 u 11.
Aunque las reglas del veintiuna no son las mismas que las que rigen el blackjack en la actualidad, sí podemos encontrar importantes similitudes entre ambos juegos. Por este motivo, la mayoría de los historiadores toman esta obra de Miguel de Cervantes como la primera mención escrita del blackjack, situando su punto de origen en España. Hay que señalar que el escritor español escribió esta novela entre 1601 y 1604, por lo tanto, podemos determinar que el antecesor del juego de cartas fue inventado en algún momento del siglo XVI.
Cervantes era un jugador y en la historia de Rinconete y Cortadillo creó dos personajes que eran tramposos en la versión en español de “blackjack” ventiuna. En su novela usaron el valor del as y el mazo español para ganar en el juego.
Esta historia de Cervantes es la prueba de que el Blackjack ha dominado el juego de cartas, y es una de las primeras evidencias registradas de Blackjack.
EL ORIGEN DEL NOMBRE DEL BLACKJACK.
A pesar de nacer en España, la veintiuna nunca fue el juego de cartas más popular de la época. Los jugadores españoles preferían juegos como el treinta y uno, donde recibían tres cartas antes de empezar la partida y tenían que conseguir alcanzar una puntuación lo más cercana posible a 31. Sin embargo, el antecesor del blackjack sí alcanzó una gran popularidad en Francia, donde se conoció como Vingt Et Un (veintiuno en francés). De hecho, los colonos franceses que desembarcaron en Estados Unidos tras la Revolución Francesa expandieron este juego por todo el continente norteamericano.
En un primer momento, el juego de cartas no tuvo una buena acogida en los casinos de Estados Unidos. Para cambiar esa situación, los propietarios de estos establecimientos de juego llevaron a cabo una serie de modificaciones en sus reglas básicas con el objetivo de atraer el mayor número de jugadores. Comenzaron a pagar una bonificación de 10 a 1 a todos aquellos jugadores que conseguían un as de picas (naipe de color negro, black en inglés) y una jota (jack en inglés), tanto de tréboles como de picas, en sus cartas iniciales. Esta modificación sedujo a toda la comunidad de jugadores de cartas, provocando su popularización en todo el país con el nombre de blackjack.
LA PRIMERA ESTRATEGIA DEL BLACKJACK.
En el año 1953, cuatro soldados del Ejército de los Estados Unidos decidieron jugar al blackjack y desarrollar sus habilidades en sus ratos libres. Roger Baldwin, Wilbert Cantey, Herbert Maisel y James McDermott tenían más cosas en común que su interés por el juego de cartas. De hecho, los cuatro eran estudiantes universitarios de matemáticas. Un grupo con grandes habilidades matemáticas que se propusieron determinar la primera estrategia sólida para el blackjack. En 1956 publicaron sus conclusiones en la revista Journal of the American Statistical Association bajo el título ‘La estrategia óptima en el blackjack’. Al año siguiente publicaron su libro ‘Playing Blackjack to Win’, donde enseñaron la primera estrategia de blackjack de la historia.
A pesar de tener una gran repercusión en Estados Unidos, la estrategia mostrada por estos cuatro jugadores, conocidos hoy en día como los “Cuatro Jinetes de Aberdeen”, no era tan buena como se podía imaginar en un primer momento. De hecho, la mayoría de los jugadores que la probaron obtuvieron resultados desfavorables, ya que la estrategia no estaba enfocada exclusivamente a conseguir ganancias. A pesar de ello, esta estrategia fue el primer sistema de conteo de cartas de la historia. Una obra que inspiró a grandes nombres del blackjack como Edward Oakley Thorp, considerado el padre del conteo de cartas.
EL BLACKJACK TIENE SU PROPIO SALÓN DE LA FAMA.
En 2002, Max Rubin, experto en los juegos de azar y autor del libro Comp City: A Guide to Free Gambling Vacations, convenció al Barona Casino Resort de la ciudad de San Diego, en el estado de California, para construir un pequeño museo de blackjack. El objetivo de esta propuesta era conmemorar a todos aquellos jugadores que habían contribuido al desarrollo, comprensión y popularidad del juego de cartas a lo largo de la historia. El establecimiento de juego aceptó la propuesta, ya que era una oportunidad única para sacar provecho de la popularidad del juego, aunque puso como condición que ninguno de los jugadores homenajeados podía jugar en las mesas del casino.
En invierno de ese mismo año se dieron a conocer los 21 primeros nominados para ingresar al recién formado Salón de la Fama del Blackjack. Los aficionados al juego de cartas tuvieron la oportunidad de votar a todos los candidatos a través de internet. Finalmente, Max Rubin organizó una gala privada en 2003 donde se dio a conocer a los siete primeros miembros homenajeados: Al Francesco, Arnold Snyder, Edwar Oakley Thorp, Ken Uston, Peter Griffin y Tommy Hyland. Desde entonces, los mejores jugadores y teóricos del blackjack se reúnen cada año en este evento, donde se celebran los mayores logros del juego de cartas.
Fuente: Historias de los Casino , Rinconete y Cortadillo, Black Jack Origins